DÍA 7 – LAGO NESS
Hoy teníamos un completísimo itinerario preparado por los alrededores del Lago Ness en coche. Pero lo cierto es que el sitio en el que estamos es tan espectacular, que optamos por tomarnos el día con calma y disfrutar del entorno mientras oteamos el lago en busca de su más famoso inquilino.

Sí nos acercamos a visitar las ruinas del Castillo de Urquhart, una de las estampas más emblemáticas de Escocia. El enclave, una vez más, es maravilloso: azul y verde combinados allá donde mires.

El aparcamiento está abarrotado de coches y hay un poco de cola para comprar las entradas. Pero una vez que entras, te olvidas de todo. El recinto es bastante amplio, con una gran explanada de hierba que te da la bienvenida hasta la entrada de la fortificación per sé. Incluso hay algunas mesas de picnic para que el viajero hambriento recupere fuerzas.

Un punto fuerte de cara a la visita con niños, es que a la entrada les dan una hoja de pistas para “desvelar” los secretos del castillo, que los va a mantener ocupados un buen rato, mientras buscan por todos los rincones. Dentro del castillo, la afluencia de turistas es masiva, hasta el punto de que en algunas escaleras puede resultar agobiante. Aun así es una visita imprescindible.

Hay un acceso a un pequeño “embarcadero” o playa de piedras donde los peques incluso se quitan los zapatos y se mojan los piececitos en las aguas del mítico Lago Ness. ¡Es todo un acontecimiento! Hay un poco de miedo no vaya a ser que venga el monstruo justo ahora y nos muerda, pero tenemos suerte y no ocurre nada.

Comemos en nuestro maravilloso alojamiento, sin perder de vista el lago, y decidimos descansar un poco de coche y dedicar la tarde a pasear por los alrededores. Hay muchas sendas que atraviesan los sembrados y se adentran en altos bosques donde disfrutamos de la naturaleza. Y la hija de nuestros anfitriones resulta ser una excelente guía. Eso sí: yo no pierdo de vista las piernas de los niños, no se le vaya a ocurrir a alguna otra garrapata fastidiarnos el paseo.

Nos hemos tomado el día con más calma y ha sido fantástico.
ÚLTIMO DÍA – REGRESO A EDIMBURGO
Comienza la cuenta atrás: emprendemos el retorno a Edimburgo. El camino es largo y salimos a media mañana, así que vamos a intentar no hacer demasiadas paradas intermedias.
Los paisajes que atravesamos siguen siendo maravillosos, por lo que para los mayores el viaje en sí mismo es un espectáculo. A los peques les cuesta un poco más.

Paramos a comer en Braemar, un pueblo de postal cerca de un palacio de verano de la realeza británica. Se nota que es un pueblo turístico, con tiendecitas de artesanía, restaurantes… Muy animado. Comemos en The Bothy, un local de sándwiches bastante coqueto.
La parada es breve y seguimos ruta hasta Edimburgo, a donde llegamos a media tarde. Nos queda despedirnos de esta maravillosa ciudad y preparararnos para el regreso a casa.