Portugal es un país asombroso, con muchísimos rincones de belleza espectacular y ciudades cargadas de encanto. Un destino a la vuelta de la esquina, tan familiar y a la vez tan diferente de España.
Coímbra es una de las ciudades más importantes de Portugal, cuna de reyes y de una de las universidades más antiguas de Europa (y la primera en el mundo en lengua portuguesa).
Aunque se puede visitar en un solo día, si vas con peques y dispones de más tiempo, dos o tres días son perfectos para embeberte del sabor añejo de esta agradable ciudad. Sus cuestas, sus tiendas, su gastronomía… Es una ciudad de tempo lento y merece la pena disfrutarla de la misma manera.
Nuestros imprescindibles con los peques:
- Pasear por su casco histórico
Lo que más nos puede gustar cuando viajamos a otras ciudades es “vivirlas” todo lo que podamos. Eso implica andar y andar y andar por sus calles, sin un recorrido fijo, sorprendiéndonos con los rincones, edificios o parques que vamos encontrando a nuestro paso.

El centro de Coimbra es ideal para pasear: la Rua Ferreira, calle peatonal en el corazón de la ciudad, llena de comercios modernos y alguno aún de época más antigua, y de terrazas de bares y restaurantes, da paso a la zona más antigua, llena de cuestas sin fin y calles llenas de encanto atravesando el arco del Almedina. Merece la pena también cruzar alguno de sus puentes para disfrutar de la espectacular estampa de la ciudad desde el otro lado del río Mondego.

Si dispones de poco tiempo, sin duda nuestra recomendación es pasear por la ciudad disfrutando de un rico helado o un pastel típico de la repostería portuguesa.
- Monasterio de Santa Clara a Velha
Entrando ya en lo que serían las visitas a enclaves turísticos, sin duda a mí lo que más me ha impresionado en Coímbra es el Monasterio de Santa Clara a Velha.
Los restos de su majestuoso edificio se pueden contemplar desde la calle, pero merece sin duda la pena pagar la entrada del recinto para pasar aprender de su historia y disfrutar a tus anchas de los restos de este monasterio de las hermanas clarisas del S. XIV.
Se accede a través de un edificio moderno: un centro de interpretación donde se pueden ver restos pertenecientes al monasterio: arte sacro y elementos de la vida cotidiana de las monjas. Desde allí se accede a los restos del claustro del monasterio, para finalmente acceder al edificio principal, que tiene una rampa añadida a media altura en su interior desde la que se pueden admirar las naves, los arcos y las columnas desde una perspectiva poco frecuente.
Mis niños son aún muy pequeños para valorar la historia que contiene un conjunto monumental así, pero aún en su desconocimiento fliparon con la “iglesia rota”.
- Portugal Dos Pequenitos
Sin duda la estrella del viaje para los más pequeños. Tengo el recuerdo en mi memoria de visitar este lugar con mis padres cuando aún era una enana y de lo bien que lo pasé. Y es que este “parque temático”, si queremos llamarlo así, se inauguró en 1940.
En Portugal dos pequenitos encontramos reproducciones a pequeña escala (y con mucho encanto, todo hay que decirlo) de casas típicas portuguesas, así como de edificios emblemáticos del país o incluso edificios muestra de sus colonias en el extranjero, con elementos de la cultura autóctona de aquellos lugares. Es visita obligada con niños. Y los padres también lo disfrutamos, ya que es curioso y didáctico a partes iguales.
El enclave es bonito, hay talleres para los pequeños y, maravilla, no es una trampa comercial para comprar merchandising o recuerdos a cada esquina (lo que puede llegar a ser muy cansino con los enanos).
- Universidad y biblioteca Joanina
La Universidad de Coímbra, declarada Patrimono de la Humanidad por la Unesco en 2013, corona la ciudad (es lo que se conoce como la Zona Alta de la Universidad). Desde su patio principal y, sobre todo, desde lo alto de su característica torre, del S. XVIII, podemos disfrutar de impresionantes vistas del río Mondego y la ciudad de Coímbra.

Nosotros llegamos un poco tarde y sólo pudimos visitar parte del conjunto monumental: el patio principal de la Universidad, la Biblioteca Joanina, la cárcel académica y la Capilla de San Miguel. Nos quedamos sin tiempo para poder ver la Sala de los Capelos y la Sala de los Arqueros, en el edificio principal.

La visita es interesante y amena. Los peques disfrutaron muchísimo curioseando por las celdas de la cárcel y asombrados por la majestuosidad de la biblioteca Joanina, quizá lo más destacado de todo el conjunto. Sin duda se necesita bastante tiempo para hacer la visita completa.
- Conímbriga
A unos pocos kilómetros de Coímbra encontramos el yacimiento arqueológico de Conímbriga, ruinas romanas que se remotan al año 139 a.c.
En un estado de conservación envidiable, se pueden ver los restos de una casa romana, con sus estancias bien diferenciadas, su atrio y muchos mosaicos; además en el yacimiento, bastante grande, también encontramos un anfiteatro, varias termas y el impresionante foro. A mí personalmente me encantan los yacimientos arqueológicos, las “ruinas” y la antigüeda en general, y Conímbriga sin duda merece la pena.
- Iglesias de Coímbra y Monasterio de Santa Cruz
Mis niños no son muy dados a ver iglesias y monasterios: a la tercera están ya más que cansados y lo que hacen es armar jaleo en unos espacios en los que el recogimiento y el ambiente de oración deben ser respetados.

Así que no suele entrar en nuestros planes la visita a muchas de ellas (aunque tampoco es que las evitemos porque sí: algunas son visita obligada. En Coímbra la imprescindible es la Catedral Vieja o Sé Velha, que comenzó su construcción allá por el S.XII. Y también merecen destacarse (aunque nosotros no la visiitamos) la Catedran Nueva o Sé Nova.

También destaca la Iglesia de San Bartolomé, la más antigua de Coímbra (S. X), la Iglesia de Santiago, uno de las más destacadas muestras del románico en la ciudad, o el Monasterio de Santa Cruz, del S. XII, situado en la bonita plaza 8 de Mayo, y que como curiosidad tiene un café (café de Santa Cruz) en una capilla anexa.
La vista a alguna de estas iglesias es gratuita, pero las más turísticas cobran una módica entrada, que va desde 1 hasta 3 €.
Y hasta aquí el resumen de nuestros imprescindibles en Coímbra. Sin duda la ciudad ofrece muchos más atractivos que los aquí mencionados, cono puedan ser el Museo Nacional Machado de Castro, de arte religioso, o los jardines de la Quinta das Lágrimas y muchos más secretos que cada viajero descubrirá según su experiencia.

Nuestro alojamiento en Coímbra
Nuestra primera opción para alojarnos en familia siempre es un alojamiento con cocina, ya sea apartahotel, apartamento u otro tipo. Y nos encantan los campings con bungalows familiares, ya que suelen ser económicos, no tienes problemas para aparcar y por lo general cuentan con espacio verde y parque infantil por los que los peques pueden corretear sin peligro. El Camping de Coímbra está a escasos minutos de la ciudad en coche y dispone de cómodos bungalows para 2 y para 4 personas, ideales para tener tu rinconcito de tranquilidad al terminar el día. A nosotros nos encantó. Lo reservamos a través de booking, con posibilidad de cancelación.