Visitamos la enérgica ciudad de Oslo en mayo de 2017, y de los cuatro días y medio que estuvimos en la capital noruega, cuatro estuvo lloviendo a mares. Con peques lo cierto es que se complica un poco el turismo cuando el tiempo no acompaña.
Por suerte Oslo posee algunos de los museos más increíbles que hemos visitado y que resultan apasionantes hasta para los más pequeños, a los que las visitas a museos se les pueden hacer un poco cuesta arriba.
Por orden de preferencia, nuestros museos favoritos en Oslo son:
- – Museo Fram
Aunque llegamos con intención de dedicarle el mínimo de tiempo posible (total, es un edificio con un barco dentro, se podrá ver rapidito…), fue el descubrimiento del viaje. Impresionante este museo que alberga dos de los barcos que se utilizaron en los viajes polares por Admusen y otros exploradores noruegos. El edificio principal, que alberga el navío Fram, está estructurado en varios pisos: plataformas alrededor de las distintas alturas del barco, desde las que puedes ver todos los detalles de esta nave impresionante. Finalmente, desde el piso superior se puede acceder a la cubierta del barco, y de allí a su interior: sus cubiertas, camarotes, sala de máquinas, etc. Casi parece que compartimos la aventura con los expedicionarios.
La iluminación, las proyecciones de auroras boreales en el techo, las vitrinas con objetos y utensilios de la época… todo está orientado para trasladarnos a ese mundo polar tan ajeno (al menos para mí), cruento y maravilloso a la vez.
En el edificio adyacente, al que se accede por un pasillo subterráneo, se encuentra la nave Gjoa, mucho más pequeña (¿de verdad se podía navegar por el polo a bordo de ese cascarón?), pero no por eso menos espectacular. A ésta no se puede acceder.
Una proyección te cuenta de forma muy didáctica (los peques no despegaron los ojos de la pantalla) la cronología de las exploraciones polares, los distintos expedicionarios, etc.
Sin duda, uno de los imprescindibles de esta vibrante ciudad.
Guía en español:
http://frammuseum.no/filarkiv/press_and_downloads/museumsguider_til_nettsidene_spansk.pdf
- – Museo de los Barcos Vikingos
Los restos de auténticos barcos vikingos, en distintos estados de conservación, se pueden admirar en este museo. Es impresionante estar delante de estas embarcaciones e imaginar cómo se hacían a la mar estos hombres del norte, en tiempos tan remotos ya. Y si a nosotros nos impresiona, a los niños ni qué decir, que se sienten tan fascinados por todo lo que concierne a los vikingos…
Además de los barcos, hay algunas arcas y mascarones de proa con las decoraciones originales que son maravillosos. También se proyecta una animación en el techo contando la historia de un vikingo: las conquistas, los saqueos, los enterramientos, etc. Sin duda es, para nosotros, el otro museo imprescindible de Oslo.
Tanto este museo como el Fram se encuentran en la península de de Bygdoy, a la que se puede acceder fácilmente por barco desde el Muelle del Ayuntamiento.
https://www.khm.uio.no/english/visit-us/viking-ship-museum/index.html
- – Museo Astrup Fearnley
Este museo de arte contemporáneo se encuentra en una de las zonas que más nos gustó de Oslo: Tjuvholmen. Desde el centro de Oslo se puede acceder dando un agradable paseo por Aker Brydge, la zona portuaria “cool” de Oslo en la que se concentran restaurantes y bares con terrazas mirando al fiordo. Aker Brydge es una zona fantástica para comer o cenar, ya que hay mucha oferta (no olvidemos que los precios en Oslo son muy caros) e incluso hay un parque infantil en el que los peques pueden disfrutar después de comer.
El Astrup Fearnley es un museo de arte contemporáneo que programa exposiciones temporales, por lo que la visita merecerá o no lo pena según la programación que tenga el museo durante nuestra estancia. Nosotros tuvimos la fortuna de disfrutar de una exposición de Mirakami que, como no podía ser de otra manera, entusiasmó a los peques (a pesar de que la temática en sí no sea muy infantil que digamos…). El edificio en sí mismo también tiene sus propios alicientes, como una terraza desde la que hay unas fantásticas vistas del puerto y el fiordo, una cafetería muy agradable con música en directo, y una tienda de la que te lo llevarías todo todo todo (qué lástima esos precios prohibitivos…).
- – Museo Folclórico Nacional
Este tipo de museo es, por lo visto, muy típico en los países del norte de Europa. Se diría que es un museo etnológico al aire libre, en el que se recrean las construcciones típicas del país: un gran parque en el que hay (algunas originales y otras reproducciones) más de doscientas casas tradicionales de las distintas regiones y épocas de Noruega. Incluso hay una reconstrucción de una calle entera, con sus tiendas de época, un edificio de viviendas recreado como de los años 60, etc.
Aunque es muy curioso, personalmente no es lo que más me ha gustado de Oslo, aunque es muy agradable ir paseando y entrando y saliendo en las distintas casitas. Ni que decir tiene que para los niños es una atracción en toda regla (probablemente de sus favoritos). En teoría hay también bailes tradicionales, talleres artesanos de época… Nosotros no vimos nada de eso, la verdad.
En una recreación de tienda de ultramarinos de los años 40 compramos unos caramelos de regaliz exquisitos.
También se encuentra en la península de Bygdoy.
https://norskfolkemuseum.no/en
- – Museo de Edvard Munch
Una errata en una guía nos llevó hasta este museo para ver El Grito, de Munch, su obra más popular. Y no voy a negar que nos llevamos un chasco al no encontrarla. Sin embargo, no dejó de ser un descubrimiento este museo, en el que puedes conocer y aprender mucho más sobre la obra de este genial pintor. Es pequeñito, por lo que es planteable para verlo con tranquilidad con los peques. Además, les dieron de forma gratuita un juego de “busca las pistas”, con pegatinas de fragmentos de cuadros que tenían que localizar en las diferentes salas. Estuvimos (no sólo ellos, ¡¡también nosotros!!) súper entretenidos. Hay que decir que nos llevó un rato identificar todos los cuadros!!
En el momento de nuestra visita, estaba en construcción una nueva sede para el museo, en la zona del puerto, que tiene pinta de que va a ser la repera.
- – Museo Kon Tiki
Este museo no entraba en nuestra lista de imprescindibles de Oslo, pero la climatología, los horarios del transporte público y la Tarjeta Oslo Pass nos llevaron a refugiarnos en él durante un rato (está justo al lado del Museo Fram). Y qué decir tiene que, aunque la visita fue muy breve, mereció la pena entrar nada más que por ver las balsas de madera que utilizo el explorador Thor Heyerdahl para cruzar el océano Pacífico en la década de los 40 del siglo pasado. Sin duda el museo requería más tiempo: los peques alucinaban. Pero las circunstancias no nos lo permitieron aunque no por ello dejamos de recomendar su visita.
https://www.kon-tiki.no/?lang=es
- – Galería Nacional
La Galería Nacional de Oslo podemos decir que es el museo más convencional de los que visitamos en la ciudad. No es que esté especialmente indicado para los peques (al menos no tan pequeños como los nuestros, con 2 y 4 años), así que si tienes interés en algo concreto, ve al grano antes de que los peques te empiecen a montar un follón “monumental”. Nosotros queríamos ver El grito (aquí sí estaba de verdad) y allí fuimos derechos, a primera hora y lo pudimos ver bien tranquilitos. El resto de la colección… nos compramos la guía en la tienda del museo y la veremos tranquilamente en casa.
http://www.nasjonalmuseet.no/en/
- – Museo de la Música Pop
En realidad este museo no lo vimos. Apenas quedaba media hora para el cierre y lo que hicimos fundamentalmente fue jugar con los peques en la sala de juegos de la que dispone (mientras el padre echaba un vistazo rápido al museo en sí). El museo es muy espectacular y llamativo, y bastante interactivo, con lo cual no es una mala opción para echar un rato con los niños si el tiempo no acompaña fuera. Pero nos resultó muy orientado a la música pop noruega, que personalmente desconozco por completo, y no supimos sacarle el partido esperado.
http://www.popsenteret.no/ArticleDetails.aspx?ArtId=111&mid=47#
- – Parque de esculturas de Vigeland
Lo incluyo al final, no porque sea el último en prioridades, sino porque más que un museo es un parque enorme con esculturas. O, mejor, un museo al aire libre. También dispone de un museo cubierto, pero ese no lo visitamos.
El Parque Vigeland es un inmenso y bonito parque, con un paseo bordeado por esculturas naturalistas de personas (mujeres y hombres de diferentes edades, niños…) en diferente actitudes, realizadas por Gustav Vigeland. La plaza central está coronada por un monolito escultórico de figuras humanas. Es bastante impresionante, original y sin duda merece la pena la visita.
Además, a la entrada hay un parque infantil estupendo, con un castillo lleno de toboganes, puentes, barras para colgarse, trepar… La visita parque infantil + parque de esculturas Vigeland es un éxito seguro con los más peques.
http://www.vigeland.museum.no/en/vigeland-park